No sabía si invertir mi tiempo en hacer una
valoración de esta película, la verdad. The
Wicker Man (2006) es un remake de un clásico de terror británico de los
años 70 que lleva el mismo nombre, clásico que yo no he visto, dicho sea de
paso. Tampoco me hace falta. No necesito hacer comparaciones para decir que esta
versión protagonizada por Nicolas Cage es una enorme patada en el hígado.
Normalmente evito contar más de lo necesario en mis entradas, pero como esta
película es tan mala, realmente considero que destripándola estaré haciendo una
especie de servicio comunitario. Tal vez así no la veáis. Así que avisados
quedáis: ESTA ENTRADA CONTIENE SPOILERS.
Vi The
Wicker Man allá por 2007, poco después de que saliera, época en la que
sabía aún menos de cine que ahora. Cuando acabó, dije: “Pues vale.” Pero al
cabo de los años fui encontrándome con numerosas cintas de terror, algunas
buenas, otras decentes, y no dejaba de rondar por mi cabeza la idea de que ese
“pues vale” había sido demasiado generoso. Así que hace unos días me decidí a
revisionarla. Porque soy así de masoquista y me gusta sufrir. Y vaya si sufrí.
La historia va de un policía llamado Edward
Malus (Cage) traumatizado por no haber podido salvar a una niña en un accidente
de coche que se supone que está relacionado con el resto de la historia, aunque
no me quedó muy claro cómo porque no te lo explican. Para qué, si la película
va a ser desastrosa de todas formas. Total, que al tiempo le llama su ex para
decirle que su hija ha desaparecido y que necesita su ayuda, que vaya a
visitarla a una isla alejada de la civilización y gobernada por mujeres así
como muy rústicas que luego resulta que son mu malas, mu malas, bla bla bla. Por
lógica, podrían haber capturado a Malus en cuanto llega a la isla y habernos
ahorrado el mal trago, pero no. Tenemos que aguantar durante una hora a nuestro
intrépido protagonista dando vueltas por el puto pueblo, rellenando metraje de
forma descaradísima, mientras el resto de personajes se ríe de él en su cara.
Luego llegan los diez minutos finales de desenlace que contaré en el siguiente
párrafo.
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Nico y las abejas. Muy fan. |
La primera conclusión a la que se llega es
que Nicolas Cage se ha convertido, oficialmente, en la puta de Hollywood. Yo
creo que cuando se empieza a trabajar en una película que hasta los productores
saben que va a ser una mierda, todos se miran y dicen: “Bueno, llamad a Nicolas
Cage, que ese con tal de que le pagues bien te hace lo que le pidas.” Y es en The Wicker Man donde el amigo Nico
alcanza nuevos e inesperados niveles de humillación. Su personaje es un tumor,
y su interpretación es la mierda. La enorme mierda. Un policía pardo, pardísimo
que se pasa todo el metraje sin hacer otra cosa que abrir los ojos como si
estuviera poseído, sonreír como un retrasado, soltar frases lapidarias e
ingeniosas como el que cuenta un chiste de Lepe y gritar con furioso ademán
cuando está molesto. En definitiva, sobreactuar mucho y encima de puto culo. Se
hace tan ridículo, tan odioso, que llega un punto en el que sólo quieres verle
sufrir, de modo que el final es casi poético. No digo que sea un buen final,
porque es una puta basura como el resto de la película, pero hay que reconocer
que ver cómo le parten las piernas a Nicolas Cage, cómo le pica un puñado de
abejas (esa mítica escena que tiene hasta un remix en Youtube) y cómo lo queman
vivo mientras él grita sumido en la agonía es una experiencia reconfortante.
Dejando de lado al amigo Nico, tengo que
decir que me dio mucha lástima ver a Ellen Burstyn (que interpreta a la Hermana
Summersisle, la líder de la isla) en esta película, porque me parece una muy
buena actriz, y claro, en películas de este nivel, el talento no te sirve de
mucho. Aun así, es la que más cumple, porque a Kate Beahan (la actriz que da
vida a Willow Woodward, la ex de Nico) es para hostiarla. Pero hostiarla bien,
y varias veces. No se puede ser más insípida.
Por si todo esto fuera poco, el trabajo del
director es lamentable. Dirigir una película de terror (que es lo que es, o
pretende ser, The Wicker Man) no es
una tarea fácil, ya que hay que saber gestionar la tensión, sugerir mucho
mostrando poco, dar sobriedad, manejar con solvencia los efectos de sonido y
sobre todo, sorprender, algo necesario si quieres que el espectador clave las
uñas en la butaca de puro miedo. Es por esto que el género de terror se suele
ver tan poco favorecido sacando tantas cintas cutres: porque es muy fácil caer
en los errores. Y Neil LaBute demuestra ser un genio haciendo las cosas mal.
Como un guion cutrísimo, lleno de agujeros y de tedio y protagonizado por un
Nicolas Cage que toca fondo y un elenco totalmente gris no era suficiente
castigo, LaBute decide enmarcarlo todo en una fotografía simple y llena de
claridad, con multitud de escenas a la cálida luz del día que, como es obvio, fracasan
estrepitosamente a la hora de crear una atmósfera de terror. Esto, además,
queda aderezado por planos convencionales y sosos, malos encuadres, actores que
salen del ángulo de la cámara de forma casi paródica, una caracterización que más que miedo da vergüenza y una escenografía
bastante repetitiva.
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Si el terror tuviera nombre... |
Conclusión: No es que The Wicker Man sea mala. No. Es que es TAN mala que sólo quieres
hundirte la mano en el pecho y arrancarte el corazón de cuajo con tal de
detener esta tortura. Es tan mala que me hizo pensar que Pulse era una obra maestra. Es tan mala que tiene como protagonista
a Nicolas Cage. Pero lo peor de todo es que no es lo suficientemente horrible
como para hacer que te descojones. No. The
Wicker Man se queda en ese límite infernal, en ese “voy a hacerte sufrir
mucho porque ni siquiera te vas a poder reír de mí”. Pues eso, un cáncer más
protagonizado por Nico. Y esto pasó en 2006. Al año siguiente llegó El motorista fantasma. Tú sigue así,
putita de Hollywood, que más bajo ya es difícil que caigas.
Puntuación: 2.25/10
P.D.: NOT THE BEES!!! THE BEES!!!
Wtf es típica publicación de troll de internet q le tiene asco a un famoso xd
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