Hollywood lleva años saturando el
mercado con infinidad de remakes, reinicios y continuaciones de
películas y sagas míticas. Desgraciadamente, a pesar de honrosas
excepciones, el nivel suele dejar mucho que desear y lo habitual es
encontrarse con mediocridades que explotan sin ningún pudor el
efecto nostalgia. Es por esto que me sentía algo desconfiado con la
vuelta “oficial” de la saga Bourne a las salas de cine, no
obstante, parecía que estaban tomando las decisiones adecuadas: un
reparto de lujo formado por Alicia Vikander, Vincent Cassel y Tommy
Lee Jones que acompañarían a Matt Damon en su regreso como
protagonista a la saga que alcanzó su máximo esplendor con Paul
Greengrass, que también repetiría en la dirección. Sonaba genial.