miércoles, 28 de noviembre de 2012

"Fin", apocalipsis Hacendado



Tras años sin verse, un grupo de amigos deciden volver a reunirse y pasar el fin de semana en una casa en la montaña. Ajenos a lo que está por venir, se verán sorprendidos por un estremecedor destello en el cielo que dará inicio a una serie de extraños acontecimientos, siendo el más inquietante la desaparición de todo rastro de vida humana.

Es esta la premisa con la que parte “Fin”, la última película de Jorge Torregrossa, alejándose de las producciones españolas con un argumento poco habitual en el cine patrio, pero quedándose a medio camino de filmar una cinta destacable. Sin duda es un buen intento, llegando a entretener en gran parte del metraje, pero perdiendo excesivamente la fuerza en su tramo final y concluyendo con un desenlace, a mi juicio, desastroso.



Comienza con la presentación de los personajes, en un principio estereotipados en exceso cual Boy band de poca monta (el guapo, el gracioso, el loco...), a través de una conversación entre los protagonistas, interpretados de manera aceptable por Miguel Fernando y Clara Lago que se unen a Maribel Verdú en un reparto formado en su mayoría por actores y actrices asiduos de series televisivas. Como veo complicado destacar favorablemente a cualquiera de ellos, haré referencia a Blanca Romero (Física o Química) y Carmen Ruiz (“Con el culo al aire”, la Chusa de “Yo soy Bea”) como culpables de los momentos interpretativos más bochornosos.



Una vez reunidos, en lo que parecía iba a ser una velada tranquila y de recuerdo de viejos tiempos, se deja ver que no todos se llevan tan bien y nada es tan bonito como parece, las discusiones son comunes, el odio entre varios de ellos evidente y se desvela el oscuro pasado del único amigo que no se presentó a la reunión, un esquizofrénico hospitalizado que tenía visiones apocalípticas (¡guau!).


Todo este conflicto se ve interrumpido por el destello del cielo, extraño acontecimiento que deja sin funcionamiento a todo aparato electrónico, y que sin embargo no iría a más si no fuera por la desaparición, horas después, de uno de los amigos. Asustados, abandonarán la casa a pie en busca de ayuda y respuestas. Pero ellos saben que algo va mal, casas vacías, coches abandonados, ningún indicio de vida... como si, inexplicablemente, la raza humana se hubiera esfumado.

Con este interesantísimo e intrigante comienzo las buenas sensaciones son inevitables, parece que la película cumplirá expectativas y será un digno entretenimiento. Pero el gran problema reside en mantener el interés más allá de anécdotas intrascendentes (alguna, como la del desfiladero, bien rodada e impactante; otras sin embargo se quedan en vergonzosos intentos de espectacularidad) y la incógnita del qué es lo que ocurre.
Y es que tras mostrar sus cartas en la primera mitad del metraje todo se torna en una repetitiva sucesión de acontecimientos, en distintos escenarios y con distintas situaciones, pero básicamente lo mismo y cada vez peor. Sólo nos queda ampararnos en un desenlace que dé sentido a tanto desconcierto, y que sin embargo nos dejará la sensación de timo, engaño, estafa, al salir de la sala.

No exijo un final extremadamente innovador y sorprendente, pero cuando toda la película gira en torno a una incógnita, aportando únicamente personajes planos, efectos especiales mediocres y conversaciones que creen ser trascendentales y no lo son, qué menos que ofrecer al espectador un final que dé sentido a tanta parafernalia.


En conclusión, una película prescindible, con una fotografía notable, actuaciones decentes y una primera mitad interesante que se ve totalmente empañada por los últimos 45 minutos y por un final que, lejos de ser coherente o necesario, juega sucio, dejando un mal sabor de boca y sensación de estafa.


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