Skyfall se me presentó como la mejor película de Bond de
la década y la más taquillera en Reino Unido de la historia. Y, entre tanta
expectativa, la última película del famoso agente inglés 007 me sorprendió con
una caída desde lo más alto.
En esta película seremos testigos de cómo el agente empieza
a perder a partes iguales precisión y confianza en un guión que nos venderá un
intento fallido de transportar a la realidad a otro de nuestros héroes de
ficción, y si Nolan consiguió que funcionase, ¿por qué no iban a poder hacerlo
Bond y Mendes? Este es, quizás, el error más destacable a manos del director, que nos llevará ante una imitación de la ya nombrada
trilogía de Nolan y con alguna que otra reminiscencia del Sherlock de la BBC.
Sumémosle a esta fórmula la falta de experiencia en el rodaje
de combates cuerpo a cuerpo, un encuadre que no termina de encontrar su lugar,
un guión que apenas logra sorprendernos y con fallos en las coreografías,
siendo estas marcadas, lentas y poco creíbles. Nos encontramos frente a una
película eficaz en taquilla, pero no con sus fans.
A pesar de todo, las actuaciones cumplirán con lo prometido,
pues a Daniel Craig se le ve disfrutando de la comodidad que le proporciona la
saga y mencionaremos a la gran sorpresa, que será Bardem. Un villano que
consigue, en muy poco tiempo, hacernos comprender lo profundo de su personaje.
Destacará también, como lo hizo durante toda la saga, Judi Dench que dará vida
a M, un papel sobrio, desagradable y a la vez maternal.
En conclusión: Tendremos unas escenas de acción que no
acaban de convencer, unos fallos tanto en guión como en dirección, una cámara
un tanto nerviosa, unos personajes algo confundidos con sus cometidos y unas
actuaciones, que aunque notables, nos dejarán una película que no termina de
encajar en la saga ni de destacar en el año.
Nota: 6
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