lunes, 23 de diciembre de 2013

"Don Jon", un soplo de aire fresco.


Antes de abordar la crítica de Don Jon, considero conveniente realizar un par de confesiones: En primer lugar, siempre he tenido una cierta predilección por Joseph Gordon-Levitt, un actor empático, efectivo y con un talento natural que le hace especial, distinto. Además cuenta con el aliciente de saber elegir bien sus papeles, conformando así una filmografía más que notable (con pequeñas joyas como "500 días juntos" o "Looper") que consigue, con escasas excepciones, crear agradables expectativas cuando su nombre figura en los créditos. Si a esto le añadimos que es protagonista y guionista de su ópera prima como director, las sensaciones con el film que hoy nos ocupa solo podían ser positivas.

En segundo lugar, amo a Scarlett Johansson, tan sencillo como cierto, esta rubia neoyorkina con dotes de actuación bastante decentes y revestida de icono de la sensualidad es capaz de hacerme acudir a salas de cine o a mi querido torrent por el simple hecho de poder disfrutarla de nuevo. Y sí, puede que su repertorio cinematográfico no sea tan compensado como el de su compañero de reparto (aunque cuente con una de mis películas favoritas, "Lost in Translation"), pero si dos de mis actores fetiche protagonizan una cinta, firmada y dirigida por uno de ellos, no soy yo quien se la va a perder.


Estas confesiones, que seguro os han parecido intrascendentes, son toda una declaración de intenciones, con ello quiero advertir lo difícil que se me hace ser objetivo con esta película, que con poco que me ofreciera ya me iba a satisfacer, o con poco que le faltara me iba a decepcionar. Tras esta pausa, ahora sí, comenzamos con la crítica.

Jon, Don Jon para sus amigos, es un joven en apariencia sencillo, triunfador con las mujeres pero poco destacable en el resto de facetas. Aunque guarda un secreto, es adicto al porno, lo que consigue con el sexo en red no logra obtenerlo de las chicas reales y será entonces cuando Barbara aparecerá en su vida y logrará, o no, dar un giro radical en su día a día.

Si bien este pequeño resumen parece sacado de una de las miles de comedias románticas que crían polvo en la sección más edulcorada del videoclub, tengo la satisfacción de confirmar que no es así, y es que aunque no estemos tampoco ante la más ácida de las comedias negras, Gordon-Levitt ha sabido dotarla de elementos cómicos y paródicos efectivos y en su justa medida, consiguiendo un entretenimiento muy disfrutable que hasta llega a ahondar en las relaciones sexuales y de pareja de manera sorprendentemente realista. Como no quiero caer en el spoiler, prefiero no entrar en detalles sobre la trama, solo añadir en este aspecto que tampoco faltarán momentos tristes, o menos agradables, pero lejos de caer en el melodrama barato que tanto se repite en el mundo del cine.

La construcción de la cinta merece una descripción detallada, con las primeras escenas ya podemos atisbar que estamos ante una obra cuidada, hecha con cariño, huye del convencionalismo y pretende ofrecernos algo especial, muy de agradecer en estos tiempos pero que solo consigue a medias. Me explico, la película logra plantear una sucesión de acontecimientos que se repetirán de manera cíclica y que irán variando en pequeños y grandes detalles en función del momento en que nos encontremos de visionado, pero lo que resulta muy efectivo para introducirnos a la vida del protagonista, presentarnos a sus amigos y familia y mostrarnos su forma de ser, puede llegar a ser repetitivo cuando esa técnica es utilizada una y otra vez a lo largo de toda la proyección.

Tampoco podremos encontrar grandes virtudes en la incógnita de la trama o en giros de guión, pero tildarla de previsible es un error, la película no es tan previsible como poco sorprendente, y cuando parece que vamos rumbo de un descenso en el interés y en la calidad, aparecerá Esther, personaje interpretado por una genial Juliane Moore que sabrá alargar la vida de una cinta que parecía haber agotado sus últimas cartas.


En el aspecto técnico es evidente que “Don Jon” no es ningún prodigio, con una puesta en escena poco arriesgada e impersonal, pero que en ocasiones será capaz de regalarnos algún momento de lucidez, ciertos juegos con la iluminación (en su presentación, el personaje de Scarlett brilla, literalmente, en contraste con el resto de grises mortales que la rodean, buen detalle) y frenéticos cambios de plano que se dan en ciertos momentos enriquecen y dan color a este poco destacable aspecto de la obra.

Por lo tanto, no estamos ante la mejor película del año, pero consigue atrapar, es fácil empatizar con los personajes y conectar rápidamente con ellos, su duración es perfecta, las actuaciones son más que decentes y... Scarlett Johansson aparece especialmente apetecible. Tras esto, solo puedo dar las gracias a Joseph Gordon-Levitt y pedirle que siga, que su faceta de director no se agote tras esta buena toma de contacto, porque de seguro sus mejores películas están por llegar.

4 comentarios:

  1. crees que alguien lee tu mierda de blog? es mejor que te suicides

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  2. ¡Adoro el blog! Siempre lo leo pero nunca me animo a comentar. Las reseñas son geniales. Un beso.

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