lunes, 25 de marzo de 2013

Donnie Darko (2001): Un clásico instantáneo.


Después de mucho tiempo, me he animado a volver a ver la película que da nombre a este blog. Antes de nada, hay que dejar claro que Donnie Darko no es fácil de digerir, y menos aún de valorar. Dirigida por un debutante Richard Kelly, pasó sin pena ni gloria por los cines en el año 2001, y fue el boca a boca la que la convirtió, poco a poco, en una de las cintas independientes más famosas de los últimos años. Una de las razones de su éxito es que suele generar opiniones polarizadas. Los que no la hayáis visto habréis oído que es una obra maestra, que es una enorme basura pretenciosa o, muy probablemente, ambas cosas. Pues bien, en mi opinión, Donnie Darko es, sencillamente, una de las películas más fascinantes de la década pasada. Fascinante por muchas razones que pasaré a comentar en los siguientes párrafos, en los que, quedáis avisados, habrá spoilers, ya que es prácticamente imposible hablar de esta obra sin desvelar parte de la trama.

Uno de las mayores virtudes de Donnie Darko es su variedad de interpretaciones, además de ser imposible de encasillar en un género concreto. Es fantasía, ciencia ficción, drama, thriller y terror psicológico, aderezado aquí y allá por unos toques surrealistas muy del estilo de Lynch y pasajes que se acercan a la comedia negra, todo al mismo tiempo, en su justa medida y bien mezclado. También subyacen homenajes al mundo del cómic, ya que, dándole una vuelta más de tuerca, podríamos hablar de Donnie Darko (Jake Gyllenhaal) como un chico normal que de la noche al día adquiere “superpoderes”, lucha a su forma contra la opresión en Middlesex y, finalmente, intenta salvar el mundo (algo que se pone de manifiesto cuando él mismo le pregunta a Gretchen: "¿Qué te hace pensar que no soy un héroe?").


El argumento, por enrevesado que pueda parecer, se cimenta sobre dos ideas fundamentales. Una de ellas es la noción de cambio, de transformación: el trasfondo político de finales de los 80 nos muestra a Michael Dukakis prometiendo cambios, la gente que sigue las palabras del orador Jim Cunningham (Patrick Swayze) busca evolucionar y dejar atrás sus miedos, y los personajes de la novela de Graham Greene quieren, según la interpretación del propio Donnie, crear para destruir, un concepto que demuestra una marcada influencia nietzscheana y que se desarrollará a lo largo de la historia, hasta el punto de que el universo tangencial deberá ser destruido para crear un posible futuro en el universo primario. El segundo tema principal es el que dará lugar a muchos de los diálogos de la cinta: la oposición destino/libre albedrío. Donnie quiere ser libre, pero todos sus pasos están, finalmente, guiados por Frank o manipulados inconscientemente por los demás personajes del universo tangencial.

El guion de Donnie Darko es, a mi parecer, magnífico, ya que, a pesar de toda su complejidad, consigue hilarlo todo en los minutos finales sin dejarse nada. Pero ojo, Richard Kelly no quiere dárnoslo todo mascado. En absoluto. Recuerdo verla por primera vez, hace muchos años, y sentir que mi cabeza iba a estallar. Recuerdo verla una segunda vez, en esta ocasión con dos amigos, quedarnos cerca de una hora divagando, tratando de comprender la película en su totalidad, y acabar echando mano de internet para saber hasta qué punto nos habíamos aproximado. Y, sobre todo, recuerdo verla una tercera vez, entenderla a la perfección y pensar: “Vaya puto peliculón.” También os digo, el montaje del director es mucho más asequible que la versión original, ya que incluye fragmentos del libro ficticio de la también perturbadora Abuela Muerte, Roberta Sparrow, y hace el argumento muchísimo más fácil de digerir.


Entre las muchas virtudes de este guion cabe destacar lo brillante de sus diálogos, inteligentes sin llegar a la pedantería (el debate sobre Pitufina es épico), la tridimensional construcción de sus personajes, con la excepción de la insípida Gretchen Ross (Jena Malone), la habilidad de Kelly para construir hilos argumentales secundarios que complementen y finalmente confluyan a la perfección en la historia principal, y la atmósfera inquietante que acompaña en todo momento a la historia. Esta atmósfera se sustenta gracias a una más que solvente interpretación por parte de Jake Gyllenhaal, que sabe explotar ese aire perturbador que tan interesante hace a su personaje. El resto del elenco no desentona, destacando a la siempre competente Mary McDonnell y a Drew Barrymore, que está sorprendentemente convincente. Mención especial merece, cómo no, el maravilloso Frank, ya que es él el principal guía de Donnie por el universo tangencial. Quién iba a decir que un disfraz de conejo podría llegar a ser tan escalofriante.

Por si fuera poco, Richard Kelly se muestra más que hábil con las cámaras, ayudando a mantener la ya mencionada atmósfera con colores fríos y apagados y un buen uso de los primeros planos, y filmando escenas aceleradas de larga duración para presentar a los personajes. Los efectos especiales no son nada del otro mundo, pero tampoco se necesita mucho más. En cuanto al montaje, cabe destacar la genial escena final, que muestra a los personajes despertando en el universo primario, acompañada por la versión de “Mad world” de Michael Andrews y Gary Jules. Este es, con diferencia, el momento más destacable de la banda sonora, formada por clásicos como “Love will tear us appart”, de Joy Division.


Conclusión: Según la RAE, “pretencioso” significa “que pretende ser más de lo que es”. Donnie Darko, por su parte, es justo lo que pretende ser: un clásico instantáneo del cine independiente cuyo mayor mérito es un guion inteligente y original que plantea las cuestiones, las resuelve y se guarda las respuestas, dejando al espectador la opción de sacar sus propias conclusiones. Para ello hay que pensar, unir piezas, cosa que está bien hacer de vez en cuando. Si te gusta que te lo den todo hecho, aléjate de ella. Yo, por mi parte, no la llamaré “obra maestra” porque es un calificativo que me reservo para muy pocas películas, pero sí diré que, en mi humilde opinión, Donnie Darko desplegó uno de los guiones más redondos del siglo XXI, desafió el blockbuster sustituyendo el dinero por talento, ayudó a impulsar el cine independiente y se convirtió en cuestión de años en la película de culto por excelencia. Por eso y por todo lo ya mencionado, no puedo hacer menos que darle un sobresaliente, con mucha, mucha satisfacción.

Puntuación: 9.00/10

PD: Ni os molestéis en ver la secuela. Es un puto sacrilegio.

6 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo en casi todo, aunque yo hubo un par de cosas que no terminé de entender. Tendré que ver el montaje del director, a ver si así me queda todo claro. Felicidades por el blog, a todo esto. Muy interesante.

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  2. Cualquier tonto sabria que estas profundamente equivocado. Un saludo e intenta tener un criterio mejor.

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  3. Pues a mi me parece una critica muy acertada, enhorabuena.

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  4. Sin duda, una de mis películas favoritas. Por la temática, el desarrollo de la trama y la extraordinaria BSO.

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  5. y con razon cuando se realiza algo bien hecho termina bien, sino nadie estuviera dejando un comentario sobre esta obra maestra o me equivoco? pese a quien le pese es muy buena, por esa misma razon mi hijo lleva el nombre de DARKO, yeahhh

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  6. que mania con decir que paso sin pena ni gloria por el cine... donnie darko no se estreno en 2001 por el atentado del 11-s y se publico directamente en VHS y dvd no fue hasta mas tarde que se proyecto en algunas salas.

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