sábado, 13 de abril de 2013

Eduardo Manostijeras. (1990)




A lo largo de la historia hay incontables películas que han sido mejor recibidas por la crítica que por el espectador común, dado que las opiniones de ambos no tienen por qué ir de la mano. Es por eso que se producen tantísimas injusticias en este mundillo del cine, en el cual películas realmente buenas, al no ser recibidas cálidamente por el público, no obtienen el reconocimiento apropiado y acorde con la calidad del film. Pudiese ser este el caso de la película que hoy os hablo, Eduardo Manostijeras dirigida por el famoso Tim Burton y protagonizada por el camaleón Johnny Depp, al que siempre le toca hacer los papeles más extraños y fantásticos en su mayoría, los que sinceramente creo que le sientan mejor. La cinta en cuestión no fue bien acogida por el público en su momento, aunque el tiempo y los críticos la han llegado a colocar en el estándar de "obra maestra" o "indispensable", títulos demasiados pretenciosos en mi opinión. ¿Por qué razón opino esto? Porque el film está lleno de fallos de principio a fin, con una historia que podría dar mucho mas de si, con un joven Johnny Depp que no está a la altura del papel, y a la que le faltan sentimientos. Sí, sentimientos. Y aunque el film emociona a la gran mayoría, podría haberse explotado muchísimo más.

Avisado queda, esta crítica contiene spoilers. Empecemos pues.




La historia de Eduardo Manostijeras, por si alguien no la conoce, es muy simple. Nos colocan en el inicio en una nevosa noche de Navidad, en la que una anciana esta intentando acostar a su (probablemente) nieto. Este le pregunta por qué nieva, a lo que la anciana responde con una curiosa respuesta: "tijeras". Y así es como comienza la historia de un ser incomprendido, creado en un castillo con toques frankenstianos que queda inacabado por la repentina muerte de su creador, dejándole incompleta la última parte de su cuerpo, las manos. Este en vez de poseer manos tiene tijeras y alargadas cuchillas en su lugar, incapacitándolo de por vida de disfrutar de las ventajas de vivir una vida normal y realizar actos tan comunes como coger un vaso, un tenedor o cualquier otra tarea en la que se precise de las manos humanas para efectuarlas. La película aprovecha estas situaciones para meter un toque de humor y provocar compasión hacia el personaje principal. Y funciona hasta cierto punto. El problema está en cuando no se aprovecha bien este factor. El personaje apenas muestra inquietud o frustración por no poder realizar tareas comunes y a las que se intenta adaptar. Burton prefiere enseñarnos un personaje conformista con su discapacidad y que no se frustra por no ser como los demás, una reacción muy poco humana.

Como podéis adivinar, el incomprendido Eduardo abandona su castillo cuando una representante de Avon, tras no tener mucho éxito ese día, decide subir hasta sus aposentos para probar suerte, y así adentrarse en esa colina dónde está situado el castillo y que nadie del pueblo sube jamás. La mujer, al ver las condiciones en las que vive el protagonista, decide tener un inexplicable gesto de caridad e invita al extraño a su casa y vivir con ellos. Mención especial merece el vecindario en el que viven, que hace una especial crítica a la sociedad, la hipocresía y la hostilidad de las personas que miran más por su conveniencia que por la ajena.


A todo esto Eduardo conoce (mediante una foto primeramente) a la preciosa hija de la mujer que invita al protagonista a morar con ellos (Winona Ryder) y nos deja ver cómo siente algo especial/romántico por ella. Otro de los puntos que me parecen completamente desaprovechados de la película  La relación de estos dos no llena la pantalla hasta los minutos finales del film, en los que ella baila bajo la nieve, o lo besa antes de terminar el cuento. Momentos en los que realmente se perciben sentimientos. Algunos excusarán que Eduardo es un personaje tímido que nunca ha gozado de interacciones humanas y no sabe expresar sus sentimientos. Y tienen razón, pero sigue estando desaprovechada la oportunidad de ofrecer una historia de amor más profunda.

Eduardo mientras tanto, intenta adaptarse al vivir diario en el colorido vecindario, en el que las amas de casas no dudan en cotillear, aprovecharse de él y hacerlo trabajar en lo que mejor se le da, cortar cosas. Dando así paso a una integración plena del protagonista en la vida diaria de las personas que lo rodean, sintiéndose querido por todos hasta que como en la vida real, no les interesan ya sus servicios. Eduardo se mete en problemas al defender a su querida y el pueblo, como si de la caza de Frankenstein se tratase con antorchas en las manos, quiere expulsarlo para siempre hasta incluso matarlo.

La representante de Avon que había sido una madre con él y en toda la película es siempre su defensora, y su pilar pasa a un segundo plano cuando las cosas se ponen mal para dejar lugar a Winona que repentinamente empieza a enamorarse de Eduardo, convirtiéndose en su defensora a toda costa. No tiene sentido, pero como es un cuento todo es posible, al igual que es posible que una persona tenga tijeras en vez de manos, pero por esa regla de tres, nada debería seguir un orden, y hasta en la fantasía tiene que haber un orden. La chica en cuestión de una noche se enamora de él diciéndole que le quiere aún cuando este acaba de matar a su ex-novio. Sí, una locura.

El caso es que el pobre tiene que huir a su antiguo castillo y gracias a Winona hacen creer a la gente que él está muerto y así la gente del pueblo lo deja en paz para siempre. En este momento la "madre" de Eduardo vuelve a brillar por su ausencia quedando poco afectada por la supuesta muerte de este.


La película concluye dejándonos ver que Eduardo se quedó en su castillo por no ser capaz de poder convivir con los demás dado su estado, y que la protagonista es realmente la anciana del principio que cuenta la historia de que nieva porque Eduardo desde lo alto de su hogar esculpe figuras de hielo dejando caer al barrio sus restos en forma de nieve. La anciana también confiesa que nunca más lo volvió a ver después de esa fatídica noche, sin explicación alguna. Dado que si tanto lo quería ese extremismo de no volverlo a ver queda más como un cliché de nostalgia que como otra cosa.

No me parece en absoluto uno de los mejores trabajos de Tim Burton (vease Big Fish) como muchos críticos afirman, ni me parece una obra maestra como película  Depp no destaca como Johnny Depp. Cierto es que hace un excelente papel, y dudo mucho que la culpa sea suya ya que su guión en todo el film podría memorizarlo un niño de 4 años, pero podría haber sido más.

ConclusiónEstá claro que se trata de un cuento, y que como tal, no está hecho para tomárselo en serio. La historia no es criticable, dado que sí que emociona y cala dentro de uno, dejándote una de esas películas que son difíciles de olvidar y que marcan regalándote momentos únicos al igual que su exquisita banda sonora de la mano de Danny Elfman. No obstante podría haber dado mucho más y convertirse de verdad en esa "obra maestra" que muchos aclaman que es, y que desgraciadamente no llega a ser.

Puntuación: 8/10

2 comentarios:

  1. La verdad es que es una de esas películas que llenan el alma de magia y de ilusion por el buen cine combinando ese toque de Tim Burton siniestro y a la vez tan bello que acaba furminando con big fish podríamos decir que es el Valle Inclán del cine y está película es el comienzo de su esperpento

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  2. Me gustaría participar en este blog rocambolesco como lo podría hacer?

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