jueves, 11 de abril de 2013

Blue Valentine. (2010)


                      

Después de dos años de espera el drama romántico ‘Blue Valentine’ se ha estrenado en España, aunque no en la mayoría de cines locales. El primer largometraje de Derek Cianfrance ha sido uno de los títulos mejor valorados de 2010 tras pasar por diversos festivales y recibir gratas críticas. Blue Valentine no descubre nada nuevo, estamos más que acostumbrados a que historias de amor también hablen de tristeza, pero en este caso, Blue Valentine desentona notablemente para sobrecogernos con una historial real de amor (y desamor). Real porque narra el comienzo del sentimiento más bello y puro que se transforma con el paso del tiempo en agonía y sufrimiento, tanto que queda devastado hasta el punto de brillar por su ausencia, una experiencia natural del ser humano con la que muchos nos podemos sentir identificados.




Ryan Gosling y Michelle Williams son los protagonistas que dan vida a esta historia agridulce, formando una pareja excelentemente encarnada, por la cual MIchelle fue nominada a los globos de oro y los oscars, dejando a Ryan injustamente sin nominación, y que comienza con la rutina de una pareja en crisis.

Vemos a un Ryan Gosling muy lejos de aquel papel de "El Diario de Noah" interpretando a Dean, un padre de familia que intenta salvar su matrimonio a toda costa invitando a Cindy, su esposa (Michelle Williams) a salir de la rutina y pasar una noche en un motel, cuya habitación, para mayor ironía, se llama «la habitación del futuro». La amarga historia se desarrolla gracias a una serie de flashbacks (la parte dulce), contándonos el comienzo de la relación, en el que veremos a una pareja de actores insípidos (que no mal interpretados), pero que funcionan en pantalla regalándonos momentos dulces sin ese excesivo pasteleo que tanto gusta a las quinceañeras salidas de "Crepúsculo" y momentos de tristeza, que más que hacernos llorar, nos desgarran sin piedad reflejándonos a uno mismo en pantalla. El espectáculo queda real, queda creíble para el espectador que sabe que ni aun en el inicio de una relación todo es de color de rosas.


Me gusta la evolución que muestran los personajes sobre unas personalidades muy definidas y fáciles de calar desde los primeros minutos del film.  Nuestros protagonistas se enfrentan a las crudas realidades de la vida que muchos podrían llamar "mala suerte" desde su comienzo, quedando Cindy embarazada de una niña que probablemente no sea de Dean, comenzando así la cuesta abajo en su relación. Pero no importa, al menos no para Ryan, quien saca su lado más conquistador y muestra un personaje completamente entregado al amor y el romanticismo, romanticismo que poco a poco se marchitará con el paso del tiempo, las discusiones, desilusiones, trabajos mal pagados y sueños marchitos hasta decir "Esto no es lo que esperaba de la vida". 


Dean entrega todo por una persona que no sin razón, queda completamente cansada de una relación caída en la desastrosa rutina del día a día, y no corresponde a los esfuerzos de su marido por recuperar la magia con la que todos soñamos, pero pocos alcanzamos. Blue Valentine nos quita cual venda de los ojos esa tópica idea vendida por Hollywood del amor eterno. El amor se desgasta y esa es la cruda realidad que refleja la película. 

En resumen:
Derek Cianfrance nos muestra un trabajo en el que se podía haber explotado más la crisis de la pareja, y evitado algunas cámaras temblorosas, dejándonos más una experiencia personal que otra cosa. Pero que aún así no defrauda y nos deja un retrato difícil de olvidar de una historia de amor hermosa, desoladora y que no es más señoras y señores que "la cruda realidad".

Puntuación: 7,5/10.


No hay comentarios:

Publicar un comentario