Nunca me ha gustado el cine de Shyamalan,
para qué mentir. Aun así, he ido revisionando sus trabajos poco a poco, por si
durante todo este tiempo se me ha estado escapando algo, esa supuesta “magia”
que sus fans aseveran que puebla cada uno de sus guiones. En este caso,
aprovecharé la revisión de la que probablemente sea una de sus obras más
olvidadas para poder analizar, aunque sea por encima, los rasgos de este
cineasta. Esa obra es Señales.
El argumento de Señales parte de una premisa poco
original: el planeta Tierra sufriendo una invasión alienígena, con detalles que
me recuerdan bastante a La guerra de los
mundos de Wells. Lo que sí es original es el tratamiento de la idea.
Shyamalan opta por eliminar toda acción y situarnos en un ambiente
completamente aislado, con una narrativa pausada y unos protagonistas que,
durante gran parte del metraje, son más observadores que partícipes del evento.
Esta perspectiva ofrece posibilidades interesantes que, desde mi punto de
vista, el director no sabe explotar. La reflexión es vaga, poco profunda, y la
oposición suerte-milagro no ofrece nada que no hayamos visto antes, salvo una
retórica más pretenciosa que reveladora, error que seguirá cometiendo en
trabajos posteriores, como es el caso de la mediocrísima La joven del agua.
Y es que Shyamalan no se
caracteriza por sus buenos guiones, sino por tener buenas ideas que luego no
sabe desarrollar. En sus películas, los primeros minutos son siempre
prometedores, pero poco a poco se va perdiendo. A mí me da la impresión de que
llega un punto en el que ni siquiera sabe cuál va a ser el tono de la obra,
mezclando escenas “cómicas” y escenas “dramáticas” con escenas de "terror" mal empastadas y sin
ningún tipo de cohesión, recurriendo a unos diálogos pretenciosos pero en
última instancia vacíos y fracasando a la hora de intentar caracterizar a sus
personajes. Su protagonista, que en esencia suele ser un hombre con un pasado
trágico que le define y que intenta salir adelante en un presente incierto, es a
menudo incapaz de conectar con la audiencia, posiblemente porque a Shyamalan le
gusta que sus actores mantengan cara de póquer durante casi toda la película.
No hay emoción, no hay vida. Para cuando llega el tramo final, me ha hecho
perder todo el interés que pudiera tener, y es entonces cuando echa mano de su
último recurso, lo que muchos llaman su “seña de identidad”: el twist ending, o
giro final.
Tal vez sea porque fue su primer
éxito y no nos tenía acostumbrados, o tal vez porque fue la única ocasión en la
que ha sabido construir un buen guion, pero el único twist ending que realmente
ha funcionado en la carrera de Shyamalan ha sido el de El sexto sentido, la única película del director que encuentro
realmente notable. Crítica y audiencia alabaron ese final, así que él se
emocionó y comenzó a utilizar el mismo recurso en todas sus películas
posteriores, desde la aceptable El
protegido hasta la infame El
incidente. En el caso que nos ocupa, el giro final es previsible y no pasa
de un frustrante “venga, no me jodas”. Daré más detalles de esto y de otros
detalles del argumento en la sección spoilers del final, para evitar joderle la
película a quien no la haya visto.
Las interpretaciones, como ya he
dicho, no son nada del otro mundo, más por culpa del guion que de los actores. Por
comentar algo, creo que la mejor escena de la película, a menos a nivel
interpretativo, es la de la cena. Al menos en ella a Mel Gibson le toca ser
expresivo, lo cual es de agradecer. Shyamalan hace un cameo, como siempre, y
actúa de culo, como siempre, aunque sin llegar a los niveles de ridículo que alcanzará
años después en La joven del agua. En
cuanto a la banda sonora, es acertada, no se usa en exceso y los violines le
dan mucha vidilla a los momentos importantes de la cinta.
Tras esto, podemos hablar del
punto fuerte de Señales, que es, como
siempre en el cine del director indio, la fotografía. Shyamalan vuelve a
demostrar su buen gusto y su talento a la hora de manejar las cámaras y crear
imágenes, con movimientos suaves, planos estilizados y un vibrante uso del
color. Cabe destacar tres enormes aciertos: primero, el sensacional montaje de
la primera escena de la película; segundo, el empleo de las sombras para crear
suspense, especialmente en la escena del sótano; y tercero, el uso de los
reflejos. No es la primera vez, ni será la última, que Shyamalan utilice
superficies reflectantes para revelar elementos escénicos o aumentar la
tensión, haciéndolo siempre con bastante solvencia. Aquí son cuchillos y
televisores, en El bosque serán
ventanas y en La joven del agua será,
obviamente, el agua. Los
efectos especiales son correctos, y los extraterrestres siguen las convenciones
tradicionales en cuanto a su diseño, pero se mantienen cubiertos por un halo de
misterio. La decisión de no revelar su apariencia completa hasta el final es,
sin duda, más que acertada.
AQUÍ LLEGAN LOS SPOILERS:
Contar los detalles de la trama
es la única forma de explicar cómo el guion se carga la película en diez
minutos. Hasta la escena del sótano, la película estaba siendo bastante
decente. Pero entonces salen y los extraterrestres abandonan la Tierra.
Directamente. Y piensas: “Vaya forma más cutre de acabar una película.” Pero se pone mejor, porque entonces llega el alien amputado para vengarse. Y atención, que llega el esperado
twist ending. Resulta que el asma del niño es parte de un plan de Dios para que
no pueda respirar el gas venenoso. A Merrill le
¿aparece? un bate al lado para que pueda golpear al alien con los vasos de agua
que la niña, que tiene esa manía, ha ido dejando por toda la casa. Es decir, que todo es gracias a Dios. Graham se pega toda la película enfadado con Él y resulta que les quería ayudar. Qué tío. Lo de su mujer es que era el destino, no nos metamos ahí. Pero se pone aún mejor, porque aquí
llega el momentazo de la película: La inteligencia superior que había llegado a
la Tierra para conquistarla es débil al agua. Sí. Una especie débil al agua
viene sin armas ni hostias al Planeta Azul, cuya superficie es agua en un 70%,
habiendo enviado previamente exploradores para asegurar que no hubiera peligro.
Si este es el tipo de retraso que tenemos que esperar de una invasión alienígena, podemos
dormir tranquilos.
Conclusión: Una película de
Shyamalan, en definitiva. Una fotografía notable, una buena idea, una
progresión irregular y el desenlace más absurdo y ridículo de toda su carrera.
De no ser por los diez últimos minutos, la recomendaría, pero el final destroza
absolutamente todo lo que se había construido durante la anterior hora y media.
A pesar de eso, y dada la calidad técnica y su parcial éxito a la hora de crear
suspense en varios momentos del metraje, voy a ser generoso con la puntuación
final.
Puntuación: 5.50/10
lo siento, pero me fascina esta movie
ResponderEliminarUna pelicula es una obra de ficcion no podemos, buscar logica contundente, si es demaciado logica piede su atractivo, si quiero ver bichos o animales actuando como tales no voy a ver Señales, voy mirar animal planet.
ResponderEliminarMe gusto Señales
Me encanto esta pelicula.
ResponderEliminarLa estoy viendo en estos momentos y ya tengo que irme para el gym pero no queria irme sin saber como iba hacer el desenlase lol gracias me voy tranquila se que ningunos van a morir.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. Lo único bueno es que no son los militares los que salvan el planeta sino los niños con sus pistolas de agua. Y eso que no llovió!
ResponderEliminarCreo que nos vamos a dar cuenta en quizás 50 o 100 años o más, en el gran mensaje de esta película,y la similitud que va a tener con la vida real actual en la que estén viviendo, y dirán cómo en la película de señales,porque por desgracia hoy día tanto los gobiernos poderosos o la nasa, nos esconden y engañan con cosas manipuladas., somos experimento,somos útiles por nuestros pensamientos e ideas, exprimirnos y más poder.
ResponderEliminarMe gustó la película, no hay que buscarle mucho sentido, ya que es ciencia ficción
ResponderEliminarTENGO UNA DUDA DE UN MOMENTO EN LA PELICULA CUANDO LA CAMARA ENFOCA LA ESPALDA DEL ESTRATERRESTRE ME PARECE QUE HAY UNA CARA DE UNA NIÑA Y JUSTO ALLI LE PEGA MERRIL....
ResponderEliminarEs el reflejo de Bo, como el color de piel les cambia de acuerdo a su entorno (como camaleones).
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